Aunque con un día de retraso,
seguimos con nuestro diario de viaje. La noche del martes hubo sorpresa y
tuvimos discoteca y campeonato de futbolín hasta las 11:30. Una vez terminada
la fiesta subimos a las habitaciones y esta vez costó menos el que se
durmieran.
Al día siguiente no hubo diana
tempranera, más bien tuvimos que despertarlos. Estaban tan dormidos que no
pudimos resistirnos a hacer unas cuantas fotos. Rápidamente se levantaro n, recogieron todas las cosas y organizaron (es un decir, más bien embutieron) sus maletas. A las 9 estábamos listos para el desayuno. Tras el desayuno y cada uno con una cestita, nos acercamos a una finca para recoger cerezas y conocer más sobre la forma de vida de la zona. Nos lo pasamos en grande cogiendo y comiendo cerezas. Allí compraron las cajitas de cerezas y sin descansar recogimos maletas y mochilas y nos fuimos en el autobús hasta la Garganta de los Infiernos a hacer la ruta de Los Pilones. El entorno es sorprendente y gracias a las explicaciones de Víctor, nuestro monitor, disfrutamos de una marcha preciosa entre robles y castaños. Al llegar al río hicimos un alto para comer y rápidamente nos metimos en las pozas a disfrutar de un agua fría y cristalina. Pero como todo se acaba, bajamos de nuevo al autobús y a las 5 empezamos el camino de vuelta. Entregamos los tan deseados móviles y con mucha más tranquilidad que a la ida llegamos a Toledo.
Bueno, hay mucho más que contar, pero ellos pueden hacerlo con más detalle. Todo ha salido muy bien y la experiencia ha merecido la pena.
Las fotos las subiremos a una carpeta compartida para que podáis verlas y descargarlas.
Un saludo.
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